nos adentramos en un espacio donde las aristas aparecen y desaparecen, y el volumen real sólo se puede apreciar cuando la luz modela sus límites, a lo largo de todo el año, reflejándose o filtrándose por las superficies. luz-no luz configuran un orden cambiante, orgánico y vivo.

desplazarse por él, recorrerlo, constituye un juego de señales a seguir, referencias que no perduran en el tiempo y que te guían, adentrándote en las sombras. se concibe la vivienda como un camino, en el que los espacios te abrazan con tu avance, donde la luz marca el ritmo.

el proyecto se basa en un juego de luces, nunca de grandes ventanales, por huecos de diferentes tamaños y a alturas distintas que enfoquen puntos del interior, destacándolos.

esta idea se complementa con cuatro materiales. uno blando, rugoso y claro, que determina los espacios estáticos (dormitorios, estudios...); uno reflectante y oscuro, que se utiliza para reducir o ampliar visibilidad y delimitar las zonas más privadas; uno liso, duro, oscuro y mate, predominante, resultando ambientes frescos y en penumbra, conservando el misterio en toda la vivienda; por último, un material de carácter metálico, troquelado, que filtra la luz a la vez que abraza los paquetes sanitarios y colabora para delimitar espacios privados.